El continente entra en una nueva fase de crisis política y económica
09/08/2016, Kevin Parslow, Partido Socialista (CIT en Inglaterra y Gales)
El Brexit se convirtió en el trasfondo dramático de la discusión sobre Europa en la Escuela de Verano 2016 del Comité por una Internacional de los Trabajadores. 320 compañeros de 32 países (de Europa, Asia, África y América Latina) participaron en el evento de una semana de discusiones y debates que se celebró en Bélgica entre el 17 y el 23 de julio.
Este año la Escuela del CIT comenzó después del voto en el Reino Unido favorable al “Brexit” en el referéndum del 23 de junio. Esto sin ninguna duda ha sacudido a la clase capitalista en Gran Bretaña y a nivel mundial.
La primera sesión de la Escuela discutió estos importantes desarrollos y sus efectos en Europa, introducida por Peter Taaffe del Secretariado Internacional (SI) del CIT.
El terrible ataque terrorista en Niza, con muertes producidas por un camión que fue conducido deliberadamente contra una multitud, y el intento de golpe en Turquía también tuvieron lugar justo antes de la escuela. Coskcu de Turquía comentó que el intento de golpe traería más medidas antidemocráticas sobre las masas turcas. El CIT se opuso al golpe pero, por supuesto, no podemos tener confianza en que el presidente Erdogan actúe para defender los derechos democráticos y de la clase obrera. De hecho ocurre lo contrario, ya que está utilizando el golpe fallido como un pretexto para detener a miles de personas y para recortar derechos democráticos.
El capitalismo se encuentra en crisis a nivel global, sin recuperación real desde el colapso de 2007-8 y la clase trabajadora sigue sufriendo pérdidas importantes de ingresos. Esto explica la continua revuelta de las masas a nivel mundial, que está alimentando movimientos populistas.
Europa y en particular el Reino Unido, junto con Estados Unidos y el movimiento a favor de Sanders, están actualmente al frente de estos eventos. Debido al peso del capitalismo británico, el ‘Brexit’ es como una piedra enorme arrojada a un lago. Habrá, como consecuencia, una ola inmediata, pero los efectos se dejarán sentir durante meses y años.
Para dar una medida de la escala potencial de esta crisis, el Reino Unido tiene la segunda mayor economía de la Unión Europea (UE) y la quinta del mundo. Como comparación, su economía es 15 veces mayor que la de Grecia, que se enfrentó a una posible salida del euro y la UE en 2015.
Las consecuencias del referéndum se expresaron en la portada de la revista “Economist” con el titular ‘Anarquía en el Reino Unido’, en referencia al 40 aniversario de la aparición de la música punk. El auge en el descontento y la indignación, que se usa para golpear a la élite, se ha acumulado como consecuencia de la globalización capitalista.
Existe ahora un gran pesimismo en el capitalismo europeo y sus representantes políticos. El Primer Ministro holandés Mark Rutte, que se está enfrentando a una gran presión del Partido por la Libertad (PVV), partido populista de derecha con discurso anti-inmigrante y que lidera las encuestas holandesas, declaró abiertamente: “Inglaterra se ha desplomado política, monetaria, constitucional y económicamente.”
Consultas sobre independencia
El “Brexit” ha puesto en la agenda un referéndum por la independencia de Escocia. El presidente del gobierno español, Rajoy, advirtió de las consecuencias de éste para la cuestión nacional, es especial en Catalunya y Euskadi. Sinn Féin inmediatamente demandó una nueva consulta sobre la frontera irlandesa, que podría causar un nuevo auge del sectarismo. Kevin Henry de Irlanda del Norte dijo que los líderes de Sinn Féin afirman que Irlanda del Norte ha sido expulsada de la UE por “el chovinismo inglés”.
El referéndum en el Reino Unido se ha percibido como un intento del Primer Ministro británico David Cameron de salvar el pellejo y cerrar las heridas dentro del Partido Conservador al ceder a las demandas de la derecha del partido. Pero ha tenido exactamente el efecto contrario, como predijimos. Este es probablemente el mayor retroceso del imperialismo británico en su posición global desde 1945, y con seguridad desde la aventura de Suez en 1956.
Los líderes de ambos lados del referéndum han ido cayendo como fichas de dominó. Cameron ha sido relegado de la historia. Boris Johnson, que lideró la campaña por la salida de la UE y se esperaba que heredara su corona, ha sido traicionado por su compañero de partido, ministro y prominente simpatizante de la campaña por el Brexit, Michael Gove, pero después ha sido nombrado Ministro de Asuntos Exteriores mientras Gove era expulsado del gobierno. Nigel Farage ha dimitido como líder del UKIP (Partido de la Independencia del Reino Unido). Las divisiones dentro del Partido Conservador han creado brechas ‘del tamaño del Gran Cañón’. La nueva Primera Ministra, Theresa May, intentará tapar las grietas, pero esto será difícil en medio de las negociaciones con la UE para la salida del Reino Unido.
El Partido Socialista (CIT en Inglaterra y Gales) advirtió que la extrema derecha intentaría explotar el nacionalismo y el tema de la inmigración pero que el voto por el ‘Brexit’ sería básicamente un voto de clase contra las élites. Tenemos que luchar contra el racismo donde y como aparezca. La juventud votó por una amplia mayoría por la permanencia por razones básicamente internacionalistas: libertad para viajar, estudiar y trabajar donde deseen, y rechazo del nacionalismo.
La visión de que este voto implica un vuelco cuantitativo dramático a la derecha se basa en una falta de entendimiento de las actuales relaciones de fuerza entre las clases. Incluso el CIT ha sido acusado desde la izquierda de ‘ultra-izquierdismo’, pero son estas críticas las que han exagerado enormemente las posibilidades de reacción actuales. Esto puede apreciarse por lo que ha ocurrido después de esta severa derrota para secciones decisivas de la clase capitalista. El anterior Ministro de Economía, Osborne, retiró sus políticas anteriores de austeridad severa, Theresa May habló a favor de rebajar los ataques a la clase trabajadora, y Gove dijo que había ‘demasiada desigualdad’.
La dimisión de Cameron podría haber precipitado unas elecciones generales y la posibilidad de que Jeremy Corbyn y el Partido Laborista, intentaran tomar el poder. Esto habría desatado una gran presión por el cambio y se podría haber abierto una dinámica completamente diferente.
Esta posibilidad queda confirmada por la feroz campaña contra Corbyn en la prensa capitalista. La manera en la que se le ha intentado humillar no tiene precedentes y la mayoría del grupo parlamentario laborista (PLP) pide su dimisión. Blair piensa que Corbyn es ‘peligroso’ a pesar de que Blair ha sido increíblemente desacreditado por el Informe Chilcott sobre la guerra de Iraq.
Ola de mini-huelgas
De hecho, la confianza ha ido subiendo, con una ola de mini-huelgas, ejemplificados por las batallas libradas por médicos juniors, profesorado, trabajadores ferroviarios, etc. Los congresos sindicales también han tomado decisiones radicales, como el de Transporte Ferroviario y Marítimo (RMT) que continuará apoyando la Coalición de Sindicalistas y Socialistas. El sindicato general GMB apoyó la demanda de un aumento de los presupuestos locales para cubrir necesidades sociales en la línea de la batalla épica de Liverpool. Este es un argumento vital contra aquellos concejales de derecha que realizan recortes y demandan la dimisión de Corbyn.
Quienquiera que gane el liderazgo del Partido Laborista, el resultado probable será una escisión en dos partidos, con uno de ellos purgado de la derecha y que luchará contra la austeridad. Será mejor tener un partido de masas con un grupo parlamentario más pequeño que el presente compromiso, que finalmente podría desgastar el apoyo a Corbyn. Sin embargo, es muy probable que pueda ganar el liderazgo del Partido Laborista fácilmente.
El referéndum ha tenido también repercusiones alrededor de Europa. Lucy Redler, de Alemania, señaló que no ha habido una semana sin crisis en la UE. Fue una “primavera y verano de descontento en Europa”. La UE ha dicho a Irlanda que no puede abolir la odiada Tasa del Agua, se ha propuesto una mayor militarización de la UE y ha crecido la oposición a una UE ‘irreformable”. Tanja, de Bélgica, dijo que el ‘establishment’ europeo está tratando de evitar un efecto ‘contagio’.
Danny del Secretariado Internacional dijo que la cuestión sobre la UE ha dividido a la izquierda en Europa, llegando incluso a divisiones en sus organizaciones, y se ha convertido en un microcosmos de la diferencia entre los enfoques de reformismo y revolución.
Euroescepticismo
En realidad, continuó Peter, hay un gran euroescepticismo en la mayoría de los países. Alrededor del 53% de los franceses en una encuesta de opinión apoyaban un referéndum sobre su pertenencia a la UE. Hay cifras similares en Holanda, aunque en ningún país hay aún una mayoría a favor de dejar la UE.
Después de la austeridad impuesta por Europa, Grecia es ahora el país más euroescéptico. No hace tanto, Grecia era el país más europeísta, pero ahora el 92% de la población cree que la UE no supo como manejar la crisis. Esto ha dado lugar a un colapso en el apoyo al gobierno de Syriza hasta el 17%, pero la clase trabajadora, hasta este momento, está mayormente desmoralizada, lo que podría dar más oportunidades al partido de extrema derecha Amanecer Dorado, que ahora es el tercer partido en las encuestas de opinión.
Andros de Xekinima (CIT en Grecia) dijo que para la clase trabajadora griega Brexit ha tenido una gran importancia. El nivel de moral en Grecia está muy bajo después de la cruel austeridad impuesta por la UE pero estamos preparando nuestras fuerzas para las futuras luchas que se darán para recuperar los niveles de salarios.
La situación económica europea es en general seria. El Banco de Pagos Internacionales señaló en su último informe anual que el mundo se enfrenta a una “trinidad” de condiciones peligrosas: un crecimiento de la productividad inusualmente bajo; niveles globales de deuda que son históricamente altos debido a que la deuda ha sido un sustituto político y social de la subida de salarios; y un margen notablemente bajo para introducir medidas con las que maniobrar en estas situaciones (jerga económica para referirse a bajadas de salarios e ingresos).
Comentaristas pro-capitalistas temen que se dé un efecto dominó en Europa. Italia podría ser el próximo país en salir de la UE después del Reino Unido. Esto significaría prácticamente el fin de la UE y ya se están dando discusiones de una Europa de ‘dos velocidades’.
Hay un estancamiento económico dramático en Italia, donde muchos sectores de la población no han tenido una mejora de sus condiciones de vida en décadas. Se une ahora una crisis en su sistema bancario, incluyendo del banco más antiguo del mundo. Aún así la UE está evitando que el primer ministro italiano Renzi realice recapitalizaciones al oponerse a una ‘intervención estatal’. Esto es neoliberalismo clásico que causará más desastres para la clase trabajadora. Italia podría ser el precursor de desarrollos en otros países.
También podrían darse explosiones sociales en Italia. Un síntoma de la crisis son las recientes victorias del populista Movimiento 5 Estrellas en las elecciones municipales de Roma y Turín y su primera posición en las encuestas de opinión. En septiembre habrá un referéndum constitucional que podría perder Renzi, quien ha declarado que dimitirá si eso ocurre.
Peligro de la derecha populista
En Alemania existe ahora un sistema de cinco partidos, con la subida en apoyo de Alternativa por Alemania (AFD) hasta el 11%, mientra Die Linke (La Izquierda) continúa al 9%. El partido de derecha FDP, fuera del Bundestag en este momento, también está disfrutando de un renacimiento. ‘Brexit’ tendrá importantes efectos económicos sobre Alemania que depende de sus exportaciones al Reino Unido, España e Italia.
Austria ha entrado en un periodo de seria crisis política. En sus elecciones presidenciales ganó por un estrecho margen el candidato del Partido Verde frente al candidato de derechas del Partido de la Libertad, pero éstas van a repetirse por pequeñas irregularidades.
Tanto Austria como Alemania subrayan la gran crisis general de los partidos socialdemócratas en Europa y alrededor del mundo, que han perdido una gran proporción de apoyo en los últimos años. Una nueva organización, quizás precursora de un nuevo partido de izquierda, no necesitará décadas para formarse. En Alemania, Die Linke muestra los desafíos para establecer un nuevo partido en este periodo en el que a pesar de las grandes desigualdades aún no han estallado grandes luchas.
Batallar contra la extrema derecha es una cuestión crucial ya que puede llenar el vacío dejado por los partidos anteriormente de los trabajadores. Por esto es importante la lucha por un nuevo partido de masas independiente.
Francia ha visto, además de los ataques terroristas, el surgimiento de la Nuit Debout y un incremento de las luchas incluyendo una ola de grandes huelgas en las que han participado la CGT (Confederación General del Trabajo) junto con otras federaciones sindicales. La clase trabajadora francesa ha resistido hasta ahora los peores ataques del neoliberalismo pero el presidente Hollande y el primer ministro Valls están decididos a implementar “reformas” anti-obreras, usando medidas bonapartistas como decretos para evitar su derrota.
Leila, de Francia, explicó que un periodista de derechas declaró que “Francia se enfrenta a dos peligros: Daesh y la CGT”. La CGT debería haber convocado una huelga general, pero probablemente seguirá habiendo un largo periodo de grandes huelgas a pesar de la complicada situación después de los ataques terroristas.
Hollande y el Ministro de Economía Macron tienen niveles en las encuestas de opinión históricamente bajos. Según estas encuestas, Hollande será derrotado en la primera ronda de las elecciones presidenciales del año que viene si se presenta. El candidato de izquierda Mélenchon va por delante de Hollande, y Marine Le Pen del partido de extrema derecha Frente Nacional (FN) probablemente estará en la segunda vuelta de las presidenciales. Si en segunda vuelta se enfrentan ella y un candidato de la derecha tradicional la izquierda se enfrentará a un dilema. Nuestros eslóganes serán muy importantes en esta situación.
España ha visto dos elecciones generales en los últimos siete meses y los partidos de izquierda, que concurrieron juntos en la lista Unidos Podemos en las elecciones de junio, han perdido un millón de votos entre los dos. Viki, de España, dijo que esto había sido una decepción para la clase trabajadora y la juventud. Para la formación de gobierno lo más probable es algún tipo de “Gran Coalición” con el ex-socialista PSOE apoyando a un gobierno de derechas del Partido Popular, pero este gobierno sería inestable y esto llevaría a un nuevo periodo de luchas.
En Portugal, la decisión del Bloque de Izquierda y del Partido Comunista de apoyar el gobierno del Partido Socialista desde fuera fue correcta y superó el legado de pasadas influencias sectarias. Pero en lugar de llegar a un acuerdo a largo plazo la izquierda debe decidir si apoyar o no cada nueva ley, caso a caso, dependiendo de los intereses de la clase trabajadora.
En Irlanda los escaños obtenidos en el Dáil (parlamento irlandés) por la Alianza Anti-Austeridad y la plataforma “La gente antes que los beneficios” reflejan el éxito de la campaña contra las tasas de aguas. También se están desarrollando huelgas, como la reciente de tranvías de Dublín.
Bélgica también ha visto una nueva ola de huelgas. Els, de Bélgica, señaló que en la mañana en la que se conoció el resultado del referéndum en el Reino Unido los trabajadores en huelga que estaban en los piquetes vieron el Brexit como una victoria mientras sus líderes pensaron que era un error. La combatividad de la clase trabajadora belga en este momento y las luchas podrían hacer caer al gobierno belga.
Europa del Este
En Europa del Este la larga “hibernación” post-estalinista de la clase trabajadora está posiblemente llegando a su fin. Ha habido enormes levantamientos en Macedonia y grandes protestas en Rumanía que casi no han sido mencionados por los medios capitalistas. Alex de Rumanía comentó que su país tiene los mayores niveles de pobreza y desigualdad de la UE y más personas están empezando a cuestionar el poder establecido. El Ministro de Educación tuvo que dimitir después de las protestas a sus comentarios de que la “educación gratuita” era una reliquia del comunismo.
Polonia es sintomática de los desarrollos en Europa del Este. Sus gobiernos han abrazado el neo-liberalismo pero el actual gobierno nacionalistas y de derechas, al igual que en Hungría, ha virado ligeramente contra el mercado y en la dirección de un “capitalismo de estado”. Esto es una indicación de un rechazo parcial de los efectos del mercado y la necesidad de un capitalismo más “regulado”, incluyendo renacionalizaciones. Esto plantea la cuestión de la economía planificada y una alternativa socialista.
Sobre el horizonte del este de Europa se cierne la sombra de las tensiones con Rusia, no solamente sobre Ucrania sino también por la extensión de los tentáculos de la OTAN sobre los estados bálticos.
Peter terminó su intervención señalando que nos enfrentamos a un nuevo periodo de tensiones en Europa en el que habrá elementos de revolución incluyendo levantamientos de la clase trabajadora. Al mismo tiempo veremos la mano de la reacción y el callejón sin salida del terrorismo.
Se está dando una polarización que no necesariamente se reflejará siempre por clases. Pero está provocando una discusión y debate y forzando a la clase trabajadora y los jóvenes a sacar conclusiones.
El CIT buscará energéticamente a los nuevos luchadores para ganarlos a nuestra bandera, lo que no se puede conseguir a través de una propaganda abstracta sino involucrándonos en las luchas y levantando la idea de un cambio socialista. Hemos entrado en una nueva fase en toda Europa y debemos aprovechar cada oportunidad para sentar las bases de partidos de masas y la construcción del CIT.
Programa y estrategia
Hannah, del Secretariado Internacional, concluyó esta excelente discusión, mencionando otros efectos del referéndum que podrían incluir una caída de la economía británica y una bajada del consumo. Pero cualquier devaluación de la libra esterlina no tendrá el mismo efecto como la que se dio después de la expulsión del MTC (Mecanismo de Tipos de Cambio) en 1992. Esto se debe a la continua debilidad de la industria británica. También la crisis de los refugiados podría llevar a una fractura y posible desaparición de la zona Schengen. En Escocia, la amenaza de un referéndum es una baza de negociación más que una amenaza inmediata pero las peticiones de éste podrían ser imparables.
El debilitamiento de los partidos capitalistas tradicionales a través de Europa es notable, pero en la ausencia de organizaciones de izquierda combativas aparece el auge del populismo de derecha. No podemos ver la lucha contra la extrema derecha como separada de la lucha del movimiento obrero contra la austeridad. El movimiento obrero en Francia ha provocado divisiones y crisis en el FN, al igual que el gobierno de Syriza vio un gran apoyo de votantes de Amanecer Dorado antes de la traición de Syriza.
El programa y las tácticas son muy importantes. En Francia hay una determinación por “hacer una y otra huelga hasta la victoria”, que tiene un aspecto positivo, pero la clase trabajadora no puede ganar sin hacer también un desafío por el poder político. El programa de Corbyn es mucho más débil que el de Benn en los años 1970 y 1980, que demandaba nacionalizaciones. Pero no debemos subestimar la presión desde abajo que podría empujar a los partidos de izquierda más lejos de lo que querían ir inicialmente. El miedo a unas elecciones generales precipitadas forzó a los capitalistas a moverse pero Corbyn no ha capitulado a pesar de la gran presión recibida. Es ahora tiempo para una estrategia de acción.
Hay aún un nivel de conciencia y entendimiento confusos entre la clase trabajadora europea pero en las nuevas luchas podemos esperar un desarrollo más amplio de una conciencia socialista. Esto pondrá en la agenda cambiar la sociedad sobre bases socialistas.