Foto: Susanne Nilsson / Flickr |
Escuela de verano del CIT 2016: La crisis capitalista y la reacción contra los inmigrantes
Scott Jones, Partido Socialista (CIT en Inglaterra y Gales)
Europa ha visto un incremento del racismo y de la extrema derecha debido a la incapacidad de los gobiernos y de la Unión Europa para lidiar con la creciente crisis del capitalismo y la mayor crisis de refugiados desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
En los últimos meses Austria se ha convertido en el epicentro de este crecimiento ya que el partido de extrema derecha FPÖ (Partido de la Libertad de Austria) y su candidato Norbert Hofer estuvo cerca de ser elegido en las recientes elecciones presidenciales. En la primera vuelta de las elecciones, en abril, el FPÖ recibió el 35,5% de los votos y en la segunda vuelta, que se votó el 22 de mayo, el 49,6% y perdió por solamente 31.000 votos.
Era por lo tanto muy apropiado que Sonja Grusch, del Partido de Izquierda Socialista (CIT en Austria) introdujera la comisión sobre la lucha contra el racismo y la extrema derecha en Europa de la Escuela de Verano del CIT, que se celebró en julio de 2016 en Bélgica.
Históricamente, Austria fue uno de los primeros países en sufrir un régimen fascista: bajo Dollfuss, en 1933 y, por supuesto, Adolf Hitler era también austriaco, lo que significa, como dijo Sonja, que “un austriaco haría una buena introducción a este tema”.
Sonja informó sobre la resolución judicial de que haya una repetición de las elecciones debido a errores técnicos durante el proceso electoral como, por ejemplo, la apertura prematura de votos por correo o el recuento de votos sin supervisión. Es la primera vez que se da una repetición de unas elecciones estatales en un país capitalista avanzado de Occidente y el resultado final de estas elecciones está completamente abierto.
Otros países europeos
Sin embargo, en una serie de países también ha habido un crecimiento de la extrema derecha y de organizaciones fascistas. Desde las marchas en las calles suecas y Jobbik (Movimiento por una Hungría Mejor) hasta Europa del Este y los Balcanes donde las conmemoraciones del nazismo y sus colaboradores de la Segunda Guerra Mundial han ido creciendo e incluso han recibido apoyo gubernamental. También hemos visto la aparición de nuevos tipos de fuerzas de extrema derecha, como Pegida (Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente) en Alemania.
Se han dado ataques regulares a refugiados y mezquitas y en las encuestas de opinión se culpabiliza a los refugiados de violaciones y terrorismo. Al 76% en Hungría y el 61% en Alemania les preocupada que los refugiados lleven a un aumento del terrorismo.
Los horribles abusos sexuales que tuvieron lugar en Colonia la noche de fin de año dieron lugar a calumnias racistas contra personas del norte de África, con el prejuicio de que “con más probabilidad asaltan sexualmente a mujeres”.
En las elecciones también la extrema derecha y partidos populistas de derechas están ganando terreno e intentan estabilizarse en el gobierno. Posiblemente Marine Le Pen y el Frente Nacional en Francia podría llegar a la segunda vuelta en las elecciones presidenciales francesas de 2017 y ahora están liderando las encuestas. El partido de extrema derecha de Geert Wilders lidera las encuestas holandesas y la Ministra de Inmigración en Noruega es un miembro del partido populista de derecha Partido del Progreso. Ukip (Partido de la Independencia del Reino Unido) tiene un representante en el Parlamento Británico y otro en la Asamblea Galesa, y en Polonia gobierna el PiS (Ley y Justicia), partido de derecha y nacionalista.
Los partidos de la clase dirigente en toda Europa están preocupados por este crecimiento, a pesar de que ellos mismos sientan las bases de este crecimiento con sus políticas y retórica.
Análisis
La cuestión para socialistas y para el CIT es cómo luchar y resistir, qué métodos utilizar y qué demandas plantear. El aspecto principal para nosotros es la estrategia política. Sonja señaló: “Un buen doctor busca las causas de la enfermedad y no solamente trata los síntomas”.
Al analizar las características de este periodo y también el estado y la crisis del sistema capitalista y de los partidos del “establishment”, vemos un incremento de elementos bonapartistas, como en Francia y su uso del estado de emergencia. Sin embargo, estamos lejos de los partidos puente hacia el fascismo de los años 1930 y las organizaciones a las que nos enfrentamos tienen un carácter diferente.
Hay algunas organizaciones abiertamente fascistas pero también hay nuevos tipos de movimientos como el “movimiento identitario” que tiene fuerza en Francia, Alemania, Austria y otros países europeos. Éste declara que ‘no son racistas’ y que las razas y etnias son iguales pero ‘deben permanecer en su sitio’. Tienen grandes cantidades de dinero, utilizan inteligentemente las redes sociales y podrían seguir creciendo por la continuación de la crisis de los refugiados. Pero aún son muy pequeños y no deben confundirse con el fascismo.
Sonja también señaló que la clase dirigente no tiene interés en que el fascismo llegue al poder en este momento. El fascismo es un sistema que beneficia al capitalismo pero es muy difícil de controlar y representa una ‘regulación’ del sistema. Los actuales grupos fascistas y de extrema derecha van cambiando de color en su camino al poder, y muestran que están dispuestas a implementar recortes y medidas a favor de las grandes empresas. Por ejemplo, el Frente Nacional en Francia ha ido variando de opinión sobre la reforma laboral, e incluso Jobbik, en Hungría, ha abandonado el antisemitismo y se muestran dispuestos a apoyar a la Unión Europea en su esperanza de llegar al gobierno. Por lo tanto, a menudo debemos exponerlos por sus políticas neo-liberales.
Resistencia
Junto con este crecimiento ha habido un gran movimiento a favor de los refugiados. Durante la discusión, Holger, de Alemania, habló sobre la enorme ola de solidaridad que hemos visto en Alemania hace unos pocos meses, donde uno de cada dos adultos declara que ha donado dinero o ha organizado ayuda para los refugiados diariamente. En Austria la gente se ha organizado para proporcionar comida, ropa y transporte a los refugiados.
Pero decir abiertamente que ‘los refugiados son bienvenidos’ no es suficiente. No trata los problemas de los recortes, el desempleo o la falta de vivienda. ¿Por qué personas de la clase trabajadora votan por la extrema derecha? Sólo el 12% de los votantes del FPÖ declararon que los refugiados era su problema principal. El 71% de la clase trabajadora votó por el FPÖ porque pensaban que sus vidas iban a seguir empeorando.
Claramente, la lucha de la clase trabajadora detiene el racismo. Esto fue confirmado por Heather, de Gran Bretaña, que describió cómo la unión de la clase trabajadora y la lucha por defender el sistema público de salud (NHS en Gran Bretaña) y otras campañas hizo desaparecer al grupo de extrema derecha Britain First (Gran Bretaña Primero), de las calles de Leicester después del referéndum por el Brexit, a pesar de que tanto la campaña por la salida como por la permanencia en la Unión Europea utilizaron retórica racista. Rene, de Alemania, comentó sobre el componente social del apoyo a la extrema derecha en este país, señalando cómo tienen apoyo de las capas más oprimidas y cómo éstas pueden ser ganadas a un programa socialista.
Gerry describió cómo en Irlanda del Norte, en casos extremos, se han quemado viviendas de inmigrantes y éstos han sufrido otros ataques, pero que el Partido Socialista (CIT en Irlanda) ha sido fundamental en la resistencia, organizando contramanifestaciones que han sido mucho más numerosas que las protestas contra los inmigrantes organizadas por la extrema derecha. La presentación de candidatos de Alternativa Laborista en las últimas elecciones puso fuertes cimientos para la lucha contra el racismo, el sectarismo y el capitalismo.
El CIT también ha estado en primera línea en la lucha contra Amanecer Dorado en Grecia, una de las organizaciones de extrema derecha más exitosa de los últimos años. Marilou, de Grecia, explicó que Xekinima (CIT en Grecia) es el único grupo que está activamente combatiendo Amanecer Dorado, apelando al mismo tiempo al 72% de los griegos que dicen estar preocupados porque sus niveles de vida están bajando debido a la crisis de los refugiados y los cinco millones de personas involucradas en acciones solidarias a favor de los refugiados.
Resistencia global
Fuera de Europa la lucha contra el racismo y la solidaridad con los refugiados ha sido una parte muy importante de nuestro trabajo.
En Hong Kong hemos sido cruciales en el establecimiento de una organización de refugiados que tiene 2.000 miembros. Vincent Kolo describió nuestro trabajo para establecer una acampada que duró 6 meses, ganó concesiones en cuanto a subsidios para comida y sacudió el gobierno.
Trevor de WASP (CIT en Sudáfrica) habló sobre los altos niveles de incidentes racistas que se han dado recientemente en Sudáfrica, principalmente ataques contra negros sudafricanos, pero también la xenofobia contra inmigrantes de otros países de África.
Unidad de la clase trabajadora
Debemos llegar a los trabajadores en Europa y alrededor del mundo dejando claro los vínculos entre la crisis capitalista y el fascismo, apelando a la clase trabajadora con demandas de clase en lugar de diluir éstas.
Ignorar los problemas sociales y económicos reabre la puerta para la extrema derecha. Sonja citó al poeta austriaco Erich Fried, quien dijo: “Un fascista que es solamente fascista, es un fascista; pero un anti-fascista que es solamente anti-fascista, no es un anti-fascista.” La lucha contra el racismo que no toma en cuenta los problemas sociales fracasará. Necesitamos vincular los derechos de la clase trabajadora con los derechos de los migrantes en una misma lucha.
Los sindicatos pueden ser un arma poderosa contra la extrema derecha como muestra el ejemplo de Bélgica. Pietro describió como en este país las personas migrantes y trabajadoras se unieron en las recientes huelgas generales y cómo las luchas de los trabajadores y el movimiento obrero ha involucrado a inmigrantes ilegales explotados por sus jefes.
En la conclusión de esta comisión, Kristopher de Suecia relató cómo la unidad de la clase trabajadora ha dado como resultado la expulsión de la extrema derecha de Gotemburgo después de los brutales ataques contra oficinas y miembros del CIT, algunos de los cuales fueron hospitalizados.
Necesitamos una lucha similar contra el racismo, la extrema derecha y las políticas neoliberales de la Unión Europea en toda Europa.