18/05/2015, Roberto Pérez. Publicado originalmente en el número de mayo 2015 de La Brecha.
Las elecciones locales, regionales y estatales de este año son cruciales. Muchos de los que han luchado duro contra los recortes verán correctamente estas elecciones como una oportunidad para librarse de los partidos que representan a los bancos y a las grandes fortunas. El bipartidismo del PP/PSOE se está resquebrajando y partidos como Podemos traen la esperanza de una era de cambio.
Esto, junto con la elección de Syriza en el ámbito internacional, también ha traido una nueva esperanza para la gente de Europa de que las cosas pueden ser diferentes y que hay una alternativa a las políticas capitalistas de austeridad.
En general, la elección de la izquierda supone grandes oportunidades para la gente pero que necesitamos llevar aún más lejos (ver el artículo sobre Grecia). En Socialismo Revolucionario (SR) creemos que mientras no se logre el objetivo de librarnos completamente del capitalismo como sistema social cualquier nuevo derecho conquistado por los representantes de la izquierda será temporal. Además, mientras no haya una amenaza al sistema capitalista no se conseguirá ningún avance social real. Por lo tanto, necesitamos una estrategia revolucionaria para conseguir las aspiraciones básicas de la gente de vivienda, trabajo digno y futuro.
Pero declarar que necesitamos una revolución no es la solución, sino que necesitamos seriamente construir una organización cuya tarea sea el derrocamiento del capitalismo para reemplazarlo por un sistema socialista democrático gobernado por y para todo el mundo.
Esta fuerza debe entender las tácticas y estrategias que son necesarias para terminar con el capitalismo, lo que no es una tarea sin complicaciones, porque el capitalismo tiene grandes recursos a su disposición y muchas personas consideran que éste puede ser reformado de alguna manera. Y aunque debemos luchar por todas las reformas por pequeñas que estas sean, al final solamente un cambio revolucionario podrá garantizarlas.
En este momento la izquierda se encuentra en un enorme proceso de realineamiento. La mayor parte de éste se ha dado por el crecimiento de Podemos, que ha llenado un gran espacio político con sus soluciones radicales de izquierda. Este espacio no fue tomado por otras fuerzas como IU debido a su incapacidad para adaptarse a la nueva situación y la docilidad de sus líderes con elementos del actual sistema social.
Podemos, con todos sus elementos positivos, se ha ido moviendo cada vez más a la derecha. Dentro de IU hay confusión y podría darse su desintegración. Dentro y fuera de estas organizaciones también hay muchas personas preparadas para luchar por una estrategia coherente de cambio social. Pero necesitamos desarrollar una verdadera reconstrucción de una organización capaz de proporcionar el liderazgo necesario para el movimiento de los trabajadores.
Cualquier organización revolucionaria de hoy necesita ser radicalmente democrática, pero también muy combativa, para ser capaz de terminar con el capitalismo Todas las revoluciones exitosas tuvieron este tipo de organizaciones. La historia de los bolcheviques es un buen ejemplo de cómo derrocar al capitalismo. Por supuesto, no estamos en la Rusia de 1917, y hay que utilizar nuevos métodos de organización, pero sigue siendo fundamental para tener éxito un partido revolucionario democrático y ejemplar basado en la clase trabajadora.
Es clave para entender la verdadera historia del bolchevismo la degenaración que tuvo lugar después de los primeros años heroicos del primer estado de los trabajadores, que fue fundamentalmente causado por la ausencia de una revolución internacional y un mal liderazgo que no pudo aprovechar las oportunidades presentadas.
La Rusia estalinista que se desarrolló y los paises socialistas que lo imataron posteriormente aunque, correctamene, se basaron en un plan de producción para las necesidades de sus gentes, fueron liderados por burocracias anti-democráticas que las llevaron al fracaso de los proyectos socialistas, y finalmente a la restauración del capitalismo en la década de 1990 en la mayoría de estos países.
Estas burocracias tuvieron su reflejo en los partidos comunistas a nivel mundial y también a través del movimiento de los trabajadores durante y desde entonces. Junto a esto, la gran traición de los partidos anteriormente socialdemócratas, defraudando una y otra vea a los trabajadores, y convirtiéndose finalmente en partidos abiertamente capitalistas, nos ha dejado con una resaca de la que necesitamos aprender. Desgraciadamente, estos burócratas y los métodos estalinistas aún existen. Algunos en la izquierda prefieren las organizaciones con enfoques jerárquicos, con reuniones cerradas y pactos secretos, en lugar de confiar en una democracia de las bases de los trabajadores y la gente.
Con frecuencia hay diferentes opciones en los siguientes pasos en la lucha y por lo tanto es fundamental una democracia obrera abierta para tomar las decisiones. Nuestras decisiones deben basarse en lo que es mejor para la lucha de clases y para acabar con el capitalismo. Por lo tanto intentamos evitar el sectarismo o hacer solamente lo que favorece a un partido u otro de la izquierda, que desafortunadamente es lo que está pasando ahora. SR trabaja dentro y está orientado a todas las organizaciones de los trabajadores con el propósito de unirlas, y a la clase trabajadora en general, alrededor de un programa que pueda proporcionar un verdadero cambio social. Por eso hay que ser flexible, pero también tener principios, y evitar el oportunismo de individuos o grupos dándose empujones por un puesto, sobre todo en este momento de la historia en el que necesitamos una visión clara sobre lo que la izquierda trata de alcanzar.
Todo esto solamente puede ser garantizado por un partido que construya cuadros educados en la historia de la lucha de clases y los métodos verdaderamente marxistas. Por eso nos tomamos en serio nuestra formación, y es nuestra prioridad que todos podamos ser líderes de alguna forma de acuerdo con nuestra capacidad. La idea es la de obtener una visión más clara aprendiendo de los errores históricos y actuales. Y una parte esencial de esto es tener una perspectiva internacional.
El capitalismo explota a nivel mundial a los trabajadores poniendo a los diferentes países unos contra otras. Un verdadero socialismo mundial debe ser internacional. Ésta es una de las lecciones clave de los anteriores proyectos socialistas. El CIT (Comité Internacional de los Trabajandores), del que forma parte SR, tiene organizaciones en más de 40 países y existimos como un partido mundial, no solamente con el propósito de la solidaridad, sinto también con el entendimiento mutuo y desarrollo de las mejores tácticas basadas en un conocimiento tan amplio como sea posible.
Este partido integrado mundialmente nos ofrece, por ejemplo, un entendimiento claro de los procesos de Syriza en Grecia y Podemos en España. Las tácticas y estrategias de nuestros compañeros internacionales son fundamentales para desarrollar las mejores ideas en casa.
Los cambios se dan en la sociedad gracias a las fuerzas sociales, es decir, si la clase trabajadora es consciente y está armada con una estrategia coherente podemos cambiar la sociedad. Mientras más seamos más podremos mover, pero este proceso está basado en ideas claras. Hoy, en España y en muchas partes del mundo, la revolución y el cambio social son posibles, pero no debemos esperar a que otra persona organice este cambio, lo debemos hacer nosotros.
A largo plazo, solamente podemos cambiar las cosas si nos libramos del capitalismo. Y esto a su vez no ocurrirá a no ser que desarrollemos una organización con principios que pueda llevarlo a cabo. No es suficiente con ser anti-capitalista o con oponerse a los recortes, necesitamos un sistema que funcione para la clase trabajadora. Este sistema es el socialismo. SR en este momento una organización pequeña pero creemos que podemos tener un papel positivo en la creación de una organización revolucionaria de masas junto con otros grupos e individuos. Por lo tanto, te invitamos a hablar con nosotros sobre cuál es el mejor camino para organizarnos.